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¿Qué es la crianza respetuosa?



La crianza respetuosa se basa en la teoría del apego de John Bowlby, quien afirmaba que la capacidad de resiliencia frente a situaciones estresantes que ocurren en el niño, es influenciada por el tipo de apego o el vínculo que los individuos desarrollan durante el primer año de vida con el cuidador, generalmente la madre, aunque puede ser otra persona. Es decir, su capacidad de superar y adaptarse a situaciones adversas y conseguir resultados positivos que le permitan seguir avanzando hacia su futuro, va a depender del tipo de apego que haya desarrollado con su cuidador principal. Los niños nacen con un comportamiento innato de exploración del entorno, necesitan investigar, relacionarse y manipular su entorno para poder desarrollarse de una forma integral en el plano cognitivo, emocional, físico, afectivo y social. Pero para poder dedicarse a esa exploración y poder aprender y desarrollarse, es necesario que se sientan seguros. Si están intranquilos y preocupados por su supervivencia, no van a ser capaces de relacionarse con su entorno adecuadamente y absorber todos los aprendizajes que se les ofrece. Cuando un bebé o un niño, en una situación de miedo, ansiedad o estrés, cuenta con una figura de apego capaz de darle una respuesta satisfactoria, que le haga sentir a salvo y seguro, va a poder dedicarse a explorar, aprender y desarrollarse, ya que no tendrá que estar preocupado por su supervivencia. Esta es la verdadera importancia del apego.


Pero, ¿cómo se construye ese apego seguro?

Para crear ese vínculo de confianza y seguridad, es necesario que el cuidador sea constante y atento, y no solo satisfaga las necesidades básicas de alimentación e higiene, sino que también ofrezca seguridad, confort, atención y amor. Además, es necesario empatizar con ellos, así como reconocer y validar sus emociones. Y todo esto no significa permisividad, los niños necesitan límites, pero deben ser razonables y puestos desde el respeto.


Puedes generar ese apego seguro con tu bebé mirándole, hablándole, acariciándole, dándole besos, atendiéndole cuando llore y ofreciéndole tus brazos cuando los necesite.


Y justamente esta es la base de la crianza respetuosa, el respeto a los niños y todas sus necesidades, así como la comprensión de que para que puedan explorar y aprender del entorno para poder desarrollarse adecuadamente, necesitan sentirse acompañados, seguros, tranquilos y en calma. La base de la crianza respetuosa es tratar a los niños desde el respeto como personas que poseen los mismos derechos que los adultos. Donde se ponen normas y límites razonables, se validan las emociones, se prioriza la conexión y se empatiza con ellos satisfaciendo sus necesidades en cada momento.

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