top of page

¿Qué es la crianza consciente?



Ser consciente, es en realidad, como estar al lado de nosotros mismos observando todo aquello que hacemos. Cuando realizamos esa observación de una forma consciente, nos permitimos ver nuestros comportamientos, pensamientos y emociones de una forma objetiva y ver cómo esto influye en nuestras acciones e interacciones con los demás y con nosotros mismos. Esto nos da la posibilidad de corregir y moderar nuestros comportamientos para tener relaciones más sanas con nosotros mismos y los demás.


La crianza consciente se basa pues, en dejar atrás los patrones educativos que venimos arrastrando del pasado y que utilizamos de forma automática, para hacer una reflexión consciente de todos aquellos comportamientos, pensamientos y emociones que tenemos diariamente y afectan a las acciones e interacciones que realizamos con nuestros hijos. Esto, nos va a permitir conectar con nosotros mismos y con nuestros hijos, escucharlos y entender sus necesidades, así como las nuestras, para poder satisfacerlas desde un lugar de amor y respeto. La crianza consciente, al realizarla desde un entendimiento de quienes somos nosotros y nuestros hijos, nos permite crear un vínculo seguro y sano con ellos.


Sin embargo, no existe una “manera correcta” de ser una madre o un padre consciente, ya que cada relación made/padre-hijo/a es única. Lo que sí que podemos hacer es tener en cuenta algunos elementos clave:


  • Ten en cuenta tus emociones y las de tus hijos en cada momento

Pararnos diariamente para saber cómo estamos emocionalmente es clave para poder mantener una relación sana con nuestros hijos. Seguramente, si hemos tenido un mal día en el trabajo, vamos a gestionar mucho peor las situaciones que nos podamos encontrar en casa que si hemos tenido un buen día. Ser conscientes de nuestras emociones nos va a permitir ser capaces de gestionarlas para así poder relacionarnos con los demás de una forma correcta. Si hemos tenido un mal día en el trabajo, quizás necesitamos unos minutos antes de llegar a casa para retornar a calma antes de enfrentarnos a los posibles desafíos que podamos encontrarnos. Es importante conocer nuestras emociones, pero igual de importante es saber gestionarlas y darnos aquello que necesitamos para sentirnos mejor.

De la misma forma, ser conscientes de las emociones de nuestros hijos es esencial para saber lo que necesitan y cómo relacionarnos con ellos, pero también para ayudarles a que poco a poco vaya siendo ellos consciente de sus emociones y aprendan a gestionarlas.

  • Tu hijo es una persona completa

Los niños no nacen como hojas en blanco. Son personas completas, con su propia personalidad y con distintas necesidades y preferencias. La única forma de conocer a nuestros hijos, así como sus necesidades, es estando y prestándoles atención. Y es que seguramente descubras que lo que quieres tú y lo que quieren ellos a menudo son cosas totalmente distintas.


  • La ma(pa)eternidad es una relación

Como cualquier otra relación, requiere realizar acciones basadas en la confianza, donde se use una comunicación eficiente y asertiva, se mantengan siempre unas líneas de comunicación abiertas y donde sea posible desarrollar una conexión. La ma(pa)ternidad es una relación, y tenemos que cuidar de ella.

bottom of page